Antigüedad Moderna

Por William Sheehy
Propietario/ Director, Latin American Masters
Traducido al Español por Aurora van Zoelen

 

Olga de Amaral ha sido desde un principio una artista textil reconocida. A través del tiempo a transformado su practica basada en técnicas tradicionales como el telar a procesos de enchapadura de fibras de su propia invención, el cual le ha permitido a Amaral trabajar con obras de mayor escala e incorporar diversos materiales en su trabajo, como: el yeso, la pintura y los metales preciosos. La constante evolución de la técnica de Amaral transforma el textil de dos dimensiones a objetos esculturales tridimensionales. Estas piezas sin bastidor son cada vez más reconocidas por su singular poder estético y su influencia en el desarrollo de la abstracción de la pos-guerra.
 

Durante los últimos treinta años, el oro es incorporado en una gran parte del trabajo de Amaral. El uso de este material fue inspirado en un viaje a Japón, pues en la ciudad de Kioto pudo observar la tradición de “kintsugi,” donde se repara cerámica rota con hoja de oro. Asimismo, Amaral ha investigado las posibilidades de luz y textura del oro, así como sus diversos significados, los cuales difieren radicalmente entre las culturas pre-hispánicas y la europea. Para los europeos el oro representa una riqueza material mientras que para los prehispánicos, el oro personifica el otro mundo. Este argumento de materialidad contra lo ancestral es una parte importante del trabajo de Amaral.
 

Así como el oro se vuelve esencial en los aspectos formales y conceptuales del trabajo de Amaral, así también sucede con el color. En países como Colombia, Perú y otras regiones de latino-américa, los chamanes de tiempos prehispánicos y los exploradores viajaban grandes distancias en busca de objetos sagrados. Las plumas, en especial aquellas de pájaros con plumajes brillantes eran recolectadas e incorporadas a los tocados y ropas ceremoniales. La paleta de color de Amaral toma su inspiración de estos objetos ornamentales.
 

“No hay equivalente en la arqueología al trabajo de Amaral,” nos dice el historiador de arte Edward Lucie-Smith. Aunque el arte de Amaral evoque lo ancestral, ella es una artista de arte moderno que trabaja con formatos no tradicionales de su propia invención. Su arte sigue la línea de muchos modernistas. Su uso del oro tiene parecidos a trabajos de Yves Klein, Lucio Fontana y Mathia Goeritz. Su investigación de color y textura, reminiscente a Jesús Soto y Cruz-Diez, hacen una contribución única al desarrollo del arte cinético. También importante es la transformación de la materia artesanal utilitaria a las bellas artes, una hazaña que la alinea con Peter Volkous y Ruth Asawa entre otros.  
 

Sin importar si es celebrada por su singular síntesis de diversos materiales o su habilidad de combinar el material de lujo con lo ancestral, Olga de Amaral es una presencia única arraigada en las américas pero también de alcance universal. Su arte rechaza los límites de la categorización y las jerarquías, más bien favoreciendo una visión unificada del mundo.

 

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